Santísima María Magdalena, “apostola apostolorum"- yo te
reconozco porque tú has sido liberada de los demonios y eso te hace un ser excelso. Has acompañado al maestro en su misión y has sido iluminada para entender su
palabra. Te has sometido al dolor del amor sin límite y de la promesa del padre eres recompensada.
Santísima María Magdalena, que tus lagrimas laven mi pecado y en tu vos mi suplica llegue a Jesucristo,
con la fe creciente de que mi suplica será escuchada y de tu intercesión seré testigo.
Humildemente y de rodillas, solicito tu compañía para que renueves mi fe en Jesús, tu que acompañaste al maestro hasta su muerte
en la cruz, que fuiste bendecida al ser
testigo de la vida eterna, para divulgar su resurrección y ser ejemplo de
nobleza y fuiste tú quien reanimaste a los discípulos a continuar la fe en nuestro
señor Jesucristo. Te pido que me atiendas.
Santísima María Magdalena, testigo
ferviente de la vida y obra de nuestro señor Jesucristo, mano derecha de
nuestro salvador, iluminada, máxima entendida de la santa palabra. A quien por
medio de esta oración ferviente, solicito me escuches, me guíes y puedas ayudarme
en mi petición.
Oh Santísima Torre, que has
vivido en la palabra y que por vuestra fe sincera has sufrido el máximo dolor
del discípulo, el dolor del amor.
Así
mismo has sido retribuida como testigo
exclusiva de su resurrección. Enséñanos a amar infinitamente a nuestro señor y
no perder la fe ni sus enseñanzas.
Por vuestro ejemplar amor, él te
ha dado fuerzas para enfrentar al mundo que lo crucificó, te suplico de
rodillas que me acompañes y me des fortaleza para enfrentar mi petición: [Decir
petición ( normalmente enemigos de una misma organización, desempleo, un mal negocio, malos socios, mala reputación... etc].
Santísima María Magdalena: Escúchame
Santísima María Magdalena: Acompáñame
Santísima María Magdalena: Fortaléceme
Santísima María Magdalena: ilumíname
por favor y ayúdame a vencer esta situación.
Santísima María Magdalena, que
tus lagrimas laven mi pecado y en tu vos mi suplica llegue a Jesucristo,
con la
fe creciente de que mi suplica será escuchada y de tu intercesión seré testigo.
Amén.